25 ago 2011

Fragmentos para ser leídos simultáneamente

- No sabe si es más pesada la noche o la espera del alba, no sabe si le asusta más el silencio o la proscripción de romperlo.
 

- No vivimos los sueños a viva voz, amamos en absoluta sordera, la restricción, ese gorgojo constante es más tangible que cualquiera de nuestras historias.

- El único veredicto: vos lo elegiste así.
Sí, yo lo quise así.

- No sabe qué dar, una palabra desnuda, un puñado de besos rotos, un abrazo de vidrio molido, un instante de ojos profundos, de tristeza negra, de suspiro, de nostalgias, un pequeño tiempo de esperanza.

- Luego retira todas las promesas, esta piel no se compromete, no se anida en ningún cuerpo, esta piel es ajena al roce vulgar.

Sonrisa en la cara, fulgurante, mirada que traspasa las últimas bastiones.

- Le manda un saludo a su miedo, como de lejos, como si se estuviera acercando de alguna manera
de cualquier manera.
El miedo está claramente dibujado en aquella mano tímida que no avanza, que se quiebra contra los muros de su silencio, de su parquedad, de la segunda piel que no tiene nombre, pero muchas formas pedradas.


- Vivimos en tiempos alambrados, y la palabra amor es nada más que el invento de un territorio de paz, de un cese de fuego; y siempre dirán que no la busques, que no la exijas.

Hacia adentro hay que hundirse, hay que llegar hasta el último fondo, hasta los pies y más adentro, a la tierra, y allí descansar con los ojos cerrados, sin temor a no abrirlos nunca más, sin temer las imágenes sumergentes.

- Baja un pájaro en territorio secreto, salta espontáneamente sobre ese pequeño país donde la piel dolía, donde las manos arrasaron.
Lentamente baja la cabecita para tomar de la fuente, para nutrirse de un agua bendita.
Hay un momento de suspenso.
Las alas emplumadas cubren de suaves caricias este baldío, pintan de colores extraños la tierra abandonada hace tiempo y con golpecitos constantes atrae un gorgoteo de esa muda garganta.


- El camino horizontal habrá que transitar con los pies descalzos, con la cabeza descubierta, con las manos abiertas.
Allí se refugia una nariz en el hueco que esconde otro hombro, un hocico emprende su búsqueda minuciosa.

- Ahora
  arroja esta sensación de vacío contra el suelo pelado,    

  estrella su furia contra un día de tormenta,
  destierra cautelosamente cada hueso que dejó el perro.


- Ella es la mujer que inventas, el material de un sueño que no entiendes, el rostro que el velo esconde, las rejas que encierran sus laberintos, los pasos que das con las botas de otros, el barco que va rumbo a un exilio extraño, ella es la que quiere ser cuando duerme, es la que se reconoce al despertar.

1 comentario:

  1. "Ella es la mujer que inventas, el material de un sueño que no entiendes, el rostro que el velo esconde...ella es la que quiere ser cuando duerme, es la que se reconoce al despertar".

    Maravilloso, oscuro y luminoso a la vez, un texto precioso. Hay que descorrer velos para llegar a él. Y el recurso del Webdings solo ayuda a acentuar lo velado del significado a través de ese cerrojo (falso, fácil de abrir) del significante.

    Gracias Vera, es la primera vez que entro. Ya mismo me hago seguidora del blog y tu fan.

    Vesna.

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