27 mar 2011
Pequeños animales
En este momento, este sentir.
La distancia exacta de mi vida a tu lejanía.
La locura de este animal pequeño que no aprende, que no entiende, que nunca, que no hay manera, que muerde, cualquier remordimiento.
Pero, ¿qué se hace con estos pedazos de piel que se caen como rodando de los dedos? ¿A dónde vamos a guardar los pedazos de cuerpo que se rinden? ¿Los guardaremos acaso? ¿Cuántos baúles harán falta, cuántos carpinteros?
Una mañana despiertas y sabes que todo esto que pareció un jardín fue un puente, que lo que viste en una pared no era un dicho, es sólo bizarro.
Habrá que caminar por muchas avenidas, habrá que cruzar muchos mares. Hay más camino que palabras, las ideas constantes que no se entienden son emociones, son imágenes, son recuerdos tal vez. Yo soy todo lo que recuerdo y un poco más. Las manchas blancas en los mapas de conquistadores también son tierra que existe, que flota en un océano claro, y es más viva que la que pintan de verde. Por más que hagan del olvido un programa, no olvidaremos. La memoria está marcada en el cuerpo. Es larga la lista, cada letra señala una persona perdida, caída, desaparecida, no, más de una. Y cada memoria son demasiados recuerdos, pequeños animales que juegan al ajedrez, que juegan a la batalla naval, pequeños animales que no descansan.
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