¿Cuántas caras tenés, diciembre?
¿Alguien las contó? La niña que no sabe sumar no podrá sacar la cuenta.
El velo lapislázuli te tapa - no la cara, los ojos.
Sos el hombrecito, las piernas largas y el piano, sos la niña buena de los dos años que no pudo ser, sos la risa del siete, el día después de los zapatos, sos la sabiduría sin grandes conocimientos mundanos, sos el día del casamiento roto, sos la muchacha fiel en rojo y negro, sos los principios escritos en una roca, sos la ternura en el tronco de madera bien dura y oscura, sos el día del deber del niño antiguo que quedó en el camino, sos los días después y el ganso que una vez fue un animal de verdad. Te hiciste sol, te hiciste mar y agua. Te hiciste amigo al fin y nadie sabe cómo, nadie entiende nada de ti porque no dejás un momento de reflexión, porque vos venís y con todo, y me dejás en un lugar... lejana la flor de ganso, lejana la mujer maravilla.
La noche pedimos, la noche perdimos, por un rato.
No sé cuánto cobrás, diciembre, no sé a dónde llevas tus trofeos.
No sé si escribirte no es como escribir cartas de amor al vacío; no sé si pensarte no es una distracción para no caer en la realidad.
No sé diciembre, no sé. Si tratarte como un amigo ausente, si navegarte como barco rumbo al exilio,
si buscarte como los que ya nunca estarán, como las que no nos han de devolver, si habitarte como la casa del viento, no sé diciembre, si contarte como historia o como acontecimiento de fin de año, me quieren convencer los pensamientos molestos de que habría que recitarte como poema, me martilla la razón para que por fin entienda que diciembre no es de las palabras, es de los haceres, que no, que no...
Todos opinan diciembre, todos menos vos, tan calladito. ¿Acaso le hablás a la cálida brisa? ¿Le susurrás a la nieve de otro hemisferio? ¿Le cantás tu canción al hombre cansado que ya no tiene regalos para traer? ¿Qué hacés diciembre, sólo comerte el tiempo?
En otro mundo quiero creer que bailes,
en otro mundo quiero creer que beses al mayo triste,
en otro mundo, debes de estar.
qué pasó? algunos textos no se leen más que en símbolos raros
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